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COMUNICADO DE PRENSA
CITES: La caza furtiva de elefantes africanos desciende, las incautaciones de marfil
aumentan y alcanzan una cifra récord
- En general, la caza furtiva de elefantes en África desciende gradualmente por 5o año consecutivo y disminuye en África oriental a niveles anteriores a 2008
- Las poblaciones de elefantes africanos continúan en declive debido a la constante matanza ilegal, la trasformación de la tierra y la rápida expansión humana
- Las poblaciones de elefantes en África meridional se encuentran estables o en aumento
- Las transacciones mundiales por el comercio ilegal de marfil siguen siendo tan elevadas como en los 6 años anteriores y se alcanzan cifras récord de incautaciones importantes de marfil en 2016
- Aumenta el procesamiento de marfil en África para introducirlo como productos finales de contrabando a Asia
- Se cierran mercados nacionales legales y bajan los precios del marfil
Ginebra, 24 de octubre de 2017 – El último informe de la CITES sobre la situación de los elefantes y el comercio de marfil revela que en 2016, la tendencia general a la baja de la caza furtiva en África continúa, como lo demuestra las grandes disminuciones observadas en África oriental. Al mismo tiempo, en 2016 se registraron los niveles más altos de incautaciones de marfil comercializado ilegalmente por peso desde que la CITES prohibiera el comercio internacional del marfil en 1989.
El anuncio se basa en nuevos informes del Programa MIKE de la CITES (Sistema de Supervisión de la Matanza Ilegal de Elefantes) y el Sistema de información sobre el comercio de elefantes (ETIS), y actualizaciones sobre el estado de conservación de los elefantes proporcionado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este asunto se discutirá por el Comité Permanente en su próxima 69a reunión en noviembre de 2017.
Los dos programas de la CITES basan sus hallazgos en información única de primera mano sobre la matanza ilegal de elefantes recogida por patrullas de guardabosques en más de 60 sitios MIKE a lo largo de África y en las incautaciones comunicadas por los gobiernos. Para complementar su análisis, la UICN proporcionó los últimos datos sobre el estado de conservación de los elefantes africanos y asiáticos.
John E. Scanlon, el Secretario General de la CITES, dijo: “África oriental ha sido gravemente afectada por el incremento de la caza furtiva en los últimos diez años y ha visto reducir sus poblaciones de elefantes en casi un 50%. No obstante, se ha registrado una constante disminución en los niveles de caza furtiva desde que en 2011 alcanzó su punto máximo, y el análisis de 2016 muestra que las tendencias generales de caza furtiva han disminuido a los niveles anteriores a 2008. Esto es una muestra de lo que se puede lograr a través de constantes esfuerzos colectivos para el cumplimiento de la ley en primera línea y para disminuir la demanda, acompañados de un sólido respaldo político.”
El análisis de MIKE no solamente muestra los sitios MIKE que se encuentran gravemente afectados por la caza furtiva de elefantes, sino también muestra dónde se está reduciendo la matanza ilegal. Por ejemplo, en tres sitios MIKE de Tanzania, el número de despojos de elefantes bajó en un 55% en 2016 frente a 2015 y se registró un descenso similar en un sitio en Kenya. A pesar de que Tanzania sigue siendo un bastión para las poblaciones de elefantes en la subregión, el número de elefantes registrados en Uganda, Kenya y Ruanda se encuentra estable o en aumento.
En África meridional, la población de Botswana representa con mucho la población de elefantes más grande de toda África. El número de elefantes en Namibia y Sudáfrica también ha aumentado, según los últimos datos sobre la conservación del elefante de un nuevo informe completo sobre el estado del elefante africano (2016), el primero de este tipo desde 2007.
Las noticias no son tan positivas para África oriental, donde se han registrado pérdidas dramáticas de las poblaciones de elefantes en los últimos 10 años y los niveles de matanzas ilegales siguen siendo muy altos.
La UICN estimó que en los últimos 10 años hubo un declive de 111 000 en la población de elefantes africanos. Las tendencias generales de caza furtiva de elefantes africanos muestran que el fuerte aumento en los niveles de matanzas ilegales de elefantes presenciado desde 2006, que alcanzó su punto un máximo en 2011, logró estabilizarse luego y actualmente se encuentra en descenso, aunque en todo el continente estos niveles siguen siendo demasiado altos y es probable que las poblaciones de elefantes en general hayan disminuido en 2016.
En comparación con la tendencia descendente gradual de la caza furtiva observada desde 2011 por MIKE, el análisis de ETIS indica que 2016, cuando se incautaron casi 40 toneladas de marfil, es el año en que se registró el mayor número de incautaciones de marfil ilegal. Hoy en día el peso total de las incautaciones de marfil del comercio ilegal es casi tres veces mayor al observado en 2007.
“Es probable que la tendencia al alza de la cantidad de marfil incautado, frente a la tendencia a la baja gradual observada de la caza furtiva de elefantes desde 2011, sea un reflejo del aumento de esfuerzos de observancia por parte de las autoridades aduaneras y la policía, así como de un sector del transporte más alerta. También es probable que haya desfases temporales entre la caza furtiva de elefantes y el tráfico de su marfil, o su entrada en el comercio ilegal de existencias de marfil,” dijo Scanlon.
“Sin embargo, quizás el aumento de las incautaciones de marfil comercializado ilegalmente en 2016 sea una indicación de que el tráfico de marfil ha sido influenciado por la posibilidad de realizar mayores controles, la prohibición inminente de su comercio nacional en varios países y la previsión de una baja constante de su precio. Como resultado, es probable que las redes internacionales responsables de la caza furtiva y el contrabando estén realizando ventas motivadas por el pánico al darse cuenta de que la especulación sobre la extinción fue una mala decisión debido a que el riesgo de ser atrapadas es cada vez mayor”, añadió.
Estados Unidos anunció la prohibición casi total del comercio nacional de marfil en su territorio justo antes de la CoP17. Desde la CoP17 de la CITES, China (incluido Hong Kong SAR) anunció el cierre de los mercados nacionales de marfil dentro de un plazo determinado, y el Reino Unido expresó su intención de hacer lo mismo. Además, según informes recientes de organizaciones no gubernamentales, el precio del marfil ha bajado en más de 50% en los últimos 50 años[1].
Como puede observarse en el primer Informe mundial sobre los delitos contra la vida silvestre de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que trabaja en estrecha colaboración con la CITES en la lucha contra el tráfico ilegal de especies silvestres (véase el ICCWC), existen pruebas de que los colmillos de elefante en bruto que han entrado en los mercados de destino en Asia ya han superado el nivel de consumo. Desde hace mucho tiempo se ha observado la incongruencia entre la cantidad de marfil generado y la demanda.
Estos fenómenos algo contradictorios están ocurriendo en tiempos de gran dinámica en los que los gobiernos realizan esfuerzos sin precedente para aplicar los Planes de acción nacionales para el marfil (PANM) de la CITES en 20 países. En los últimos años, se han generado más compromisos políticos y esfuerzos internacionales colectivos, incluso en el sector del transporte; se han obtenido fondos adicionales para la lucha contra el crimen del comercio ilícito de especies silvestres y se han desplegado esfuerzos sin precedente para la aplicación de la ley en primera línea, como medidas endurecidas contra la caza furtiva y el uso de nuevas tecnologías para detectar y prohibir el comercio ilegal de marfil.
Entre tanto, parece ser que los traficantes de especies silvestres están desarrollando maneras para adaptarse a estas respuestas. Por ejemplo, a pesar de que en 2016 se alcanzó el record de incautaciones de gran escala y de peso en general, también se trata del año con el promedio más bajo en peso de las incautaciones registradas en los últimos seis años. Quizás esto se explique por la reducción del tamaño de los grandes cargamentos para evitar pérdidas económicas si se incautaban, una mayor diversificación de los tipos de marfil comercializados ilegalmente, y los medios de transporte utilizados, así como la evolución de los mercados locales.
Además, existe una creciente preocupación, así como cada vez más pruebas de que hay asiáticos que trabajan el marfil en África para su exportación en Asia. Esto incluye pequeños volúmenes de marfil trabajado transportado en equipaje de mano o facturado, así como a través de empresas de mensajería. Esto podría posiblemente suponer una grave amenaza y hay que desplegar esfuerzos adecuados para hacer cumplir las leyes con el fin de detener este flujo ilegal.
Asimismo, cada vez más se matan elefantes ilegalmente debido a conflictos con los humanos, lo que será motivo de creciente preocupación en los próximos años.
“El esfuerzo mundial conjunto en curso está comenzando a dar resultados positivos, aunque todavía nos queda mucho por hacer. Debemos persistir y sensibilizar sobre la ventaja que tenemos mientras aún contamos con el impulso político y el apoyo financiero y técnico que comporta. Si bien se han logrado avances con respecto al elefante africano, esto no se observa en todas las regiones y hay poblaciones que aún están seriamente amenazadas, así como otras especies que se encuentran cada vez más atacadas por los delincuentes transnacionales, en particular las maderas valiosas,” concluyó Scanlon.
Véase también:
- Estado de las poblaciones del elefante, los niveles de matanzas ilegales y de comercio de marfil: un informe para el Comité Permanente de la CITES
- Se publican las tendencias de 2016 de la caza furtiva de elefantes africanos – Programa MIKE de la CITES
Nota a los editores:
Para mayor información, se ruega contacte a Liu Yuan en [email protected], +41 79 652 0108
Acerca de la CITES
Con 183 Partes (182 Estados + la Unión europea), la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de fauna y flora Silvestres (CITES) sigue siendo uno de los instrumentos más potentes en el mundo para la conservación de la biodiversidad mediante la regulación del comercio. Se comercian miles de especies internacionalmente y son utilizadas por las personas en su vida diaria con fines alimentarios, de vivienda, tratamientos de salud, turismo ecológico, productos cosméticos y de moda. La CITES regula el comercio internacional de más de 36.000 especies de plantas y animales, incluyendo los productos y derivados de las mismas, con el fin de garantizar su supervivencia en el medio silvestre y beneficiar el sustento de las poblaciones locales y el medio ambiente mundial. El sistema de permisos CITES tiene el objetivo de garantizar que el comercio de las especies incluidas en los Apéndices de la CITES sea sostenible, legal y trazable. La CITES se firmó en Washington D. C. el 3 de marzo de 1973 y entró en vigor el 1 de julio de 1975.
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